Pon a remojar los garbanzos con abundante agua, deben estar entre 12 y 24 horas. Nosotros los tuvimos 15, adapta este tiempo a tu horario, sin más complicaciones.
Tuesta las semillas de cilantro y comino en un cazo a fuego muy suave durante uno o dos minutos. Machácalas bien en un mortero. Si no tienes estas semillas, tuesta las especias en polvo pero sólo durante 20 o 30 segundos.
Corta la cebolla en trozos gruesos y ponla en un buen procesador de cocina junto con los garbanzos escurridos, el ajo, la cayena (opcional), medio limón exprimido, el perejil y el cilantro (deshojados). Procesa hasta que bien fino. Agrega el resto de ingredientes: Especias molidas, harina, sal y bicarbonato. Vuelve a procesar hasta que se integre y deja reposar 1 hora en la nevera
Saca la masa de la nevera y prepara bolas de tamaño «grande», como pelotas de golf. Es muy fácil de manipular, si se te pegan mójate las manos con un poco de agua. Con esta cantidad te saldrán más o menos 12 falafel.
En un cazo agrega 3 o 4 dedos de aceite (si lo haces en sartén gastarás mucho más aceite), debe cubrir por completo las croquetas de garbanzo. Calienta a fuego fuerte y fríe hasta que tengan un bonito color tostado. Sácalas a papel absorbente y sirve con el acompañamiento que más te guste (salsa de yougur, ensalada, salsa tahini, etc).
Consejos para la receta
¿Alternativas a las hierbas aromáticas y especias?: Todo es adaptable. Si no tienes semillas utiliza especias molidas. Si no te gusta el cilantro, utiliza perejil. Y si el comino no es lo tuyo… atrévete a probar con media cucharadita de curry, cúrcuma o canela.
Mejor garbanzos pequeños: En mi tierra se llaman garbanzos de pico pardal, son unos garbanzos muy pequeños, mantecosos y muy sabrosos que funcionan mejor que los enormes garbanzos tradicionales.
Aceite muy caliente: Los falafel no tienen muchos secretos, es una receta muy fácil, eso sí, es importante freirlos a fuego fuerte para que hagan una buena corteza y no queden grasientos.