Limpia bien los mejillones, ráspalos con ayuda de un cuchillo y retira las impurezas bajo el agua. Colócalos cubriendo el fondo de una cazuela de unos 24 centímetros (para más o menos 2 personas).
Corta la cebolla en rodajas de medio centímetro y colócala encima de los mejillones. Salpimiéntala al gusto, ¡no te olvides! Vamos con el tomate, córtalo del mismo modo, en rodajas, y ponlo encima de la cebolla con un poco de sal. Las patatas pélalas y córtalas en rodajas de grosor medio, similar a las anteriores, colócalas formando así la siguiente capa. Salpimenta.
Terminamos con el congrio, el rey de nuestro guiso que va a coronar esta bonita cazuela. Sálalo al gusto.
Añade por encima unas ramitas de perejil y unas hebras de azafrán. Riega con un chorrito de vino blanco y otro de aceite.
Tapa la cazuela y ponla al fuego, los primeros 10 minutos a intensidad media, después bájalo un poco y deja que se siga cocinando a fuego lento durante 20 minutos más, comprueba que la patata esté bien cocida. A la hora de servir simplemente acompáñalo de un chorrito de aceite de oliva virgen extra en crudo.
Consejos para la receta
Mejillones: Empieza la temporada del mejillón, así que es buena época para hacer esta receta. Lo más importante es que los limpies a conciencia para que las “barbas” y demás impurezas de la concha no estropeen este delicioso guiso de congrio.
¿Se puede utilizar otro pescado?: Por supuesto, el congrio le da un sabor muy especial pero si lo prefieres, puedes sustituirlo por otro pescado que te guste más como la merluza.
¡No te pases con el vino!: Un chorrito de vino blanco le da un toque muy especial a la receta pero no debes pasarte o corres el riesgo de que el guiso quede demasiado fuerte y con mucho líquido.