Pela los kiwis y córtalos en trozos pequeños, échalos en una cazuela ancha (para esta cantidad recomendamos que como mínimo tenga 24 centímetros). Agrega también el azúcar, la panela y la ralladura y el zumo de media lima.
Deja cocer a fuego medio-bajo durante media hora, que hierva pero lentamente. Machaca de vez en cuando con la ayuda de un tenedor.
Tritura con una batidora a pequeñas pulsaciones y a baja velocidad, de este modo la mermelada quedará homogénea pero con algunos trozos y sin romper las pequeñas pepitas negras. Si te gusta completamente fina sólo tienes que triturar a máxima potencia
Cuece otros 30 minutos o hasta que tenga la textura deseada (la cocción total no debería superar los 60´-70´). Un truco para saber el punto exacto… mueve la mermelada con una cuchara, desde el centro hacia un lado, si ves que tarda en rellenarse y que queda la marca es que está a punto.
Consejos para la receta
Envasado: Una vez fría puedes guardarla en botes, para esta cantidad llenarás más o menos 3 botes pequeños. Para aumentar la conservación hierve los tarros en abundante agua durante 4 o 5 minutos para esterilizarlos. Sécalos bien e introduce la mermelada de kiwi, ciérralos y cuécelos en abundante agua durante 10 minutos.
Los kiwis: Es importante que estén en su punto óptimo de maduración, ni pasados (su sabor empeoraría mucho la mermelada), ni verdes. En el mercado puedes encontrar kiwis nacionales de muy buena calidad y también de importación, con ambos conseguirás buenos resultados, lo más importante es que estén en su punto.
Utiliza cazuelas grandes: Norma número uno: no hagas mucha cantidad en una única cazuela, para unos 800 gramos de fruta mínimo una olla de 24 centímetros. Si sólo tienes de 20 centímetros baja la cantidad a unos 600 gramos. Si sobrepasas los límites la mermelada no espesará en el tiempo máximo recomendado. Para hacer grandes cantidades de mermelada (2, 3 o 4 kg de fruta) sólo tienes que utilizar 2, 3 o 4 ollas.