Pica los ajos muy finos, añade el aceite en la sartén y sofríelos a fuego lento durante un par de minutos. Echa todas las especias y la sal, remueve constantemente a fuego lento durante unos segundos. A continuación agrega el tomate frito, el vinagre y el azúcar moreno. Sube a fuego medio y cocina 5 minutos removiendo frecuentemente. Deja enfriar esta salsa estilo americano.
Coloca las alitas en un recipiente que puedas meter en la nevera y úntalas bien con la mitad de la salsa, la otra mitad guárdala en un tarro de cristal en la nevera. Déjalas macerar en la nevera durante al menos 12 horas.
Precalienta el horno a 180ºC. Coloca las alitas en una bandeja grande y encima de papel parafinado (más fácil de limpiar), procura que no se toquen unas otras para que no se queden pegadas.
Hornea durante 15 minutos. Dales la vuelta y riégalas con un poco más de salsa, hornea otros 20 minutos.
Consejos para la receta
Ajustes de la salsa: Te recomendamos que pruebes la salsa antes de ponerla a macerar, es una preparación que permite numerosos ajustes… puedes añadirle ralladura de naranja o ralladura de limón (le dará un toque fresco muy interesante), añadir romero fresco o reducir la cantidad de azúcar. Si la notas un poco fuerte o demasiado dulce puedes rebajarla con un poco más de tomate aunque la idea es que esta típica salsa americana impregne de sabor a las alitas durante 12 horas para que en el plato sean una auténtica delicia.
¿Te ha sobrado salsa?: Es puro sabor americano, estupenda para acompañar casi cualquier carne aunque le va especialmente bien a las carnes blancas (pollo, pavo…) y además se conserva muy bien en la nevera, ¡no la tires!