Pon el horno a calentar a 180ºC. Sin ventilador. Con calor arriba y abajo.
Añade todos los ingredientes en un bol. Es recomendable que la mantequilla esté a temperatura ambiente, si no lo está introdúcela unos segundos en el microondas.
Mezcla con las manos. Sin miedo. Verás que la masa es un poco dura. Integra todo bien y amasa hasta que no se pegue en las manos.
Divide la masa en dos o tres bolas y estíralas con un rodillo hasta obtener una placa de medio centímetro (entre 0,5 y 1 cm, aproximadamente).
Usa una taza o vaso pequeño para "cortar la masa". También puedes usar una máquina para hacer galletas. Presiona ligeramente y coloca las gallegas en la bandeja del horno (si tienes papel de horno ponlo debajo para evitar que se peguen).
Hornea entre 10 y 15 minutos.
¡No desaproveches la masa sobrante! Haz una bola con los restos, estírala, córtala y mete las futuras galletas de mantequilla en el horno.
Consejos para la receta
¿Te gustan las galletas de mantequilla crujientes? A mí me encantan así, tostaditas, crocantes y hasta un poquito "quemadas". Si a ti también, hazlas finas, de medio centímetro más o menos.
Utiliza mantequilla de calidad: no escatimes con la mantequilla, es el único ingrediente en el que se nota la diferencia. De una buena a una mala mantequilla hay un mundo.
Ten cuidado con el horno: el único "secreto" de la receta de las galletas de mantequillas es el horno. Al principio es probable que esté demasiado bajo, pero las siguientes hornadas irán más rápidas. Entre 10 y 12 minutos es lo habitual, pero depende de tu horno. Cuando las veas tostadas estarán en su punto.
¿Eres goloso? Espolvorea un poco de azúcar por encima antes de hornear, quedarán de lujo.