Prepara la cebolla caramelizada, es la base de esta receta, pero en este caso te recomiendo cortarla en trozos o cuadraditos pequeños para que sea más agradable en boca.
Pon a calentar la leche a fuego lento.
En una sartén grande añade la mantequilla. Mantén a fuego lento junto con la harina, remueve hasta que pierda el olor a crudo (3-4 minutos).
Echa la leche caliente poco a poco sin parar de remover con unas varillas, mantén a fuego lento hasta que tenga una textura cremosa. Añade sal y un poco de pimienta molida.
Echa la cebolla caramelizada y el queso de cabra troceado en la bechamel. Remueve durante un par de minutos más. Extiéndela en una bandeja y deja enfriar completamente en la nevera.
Dales forma a las croquetas con ayuda de dos cucharas.
Rebózalas en harina, huevo batido y pan rallado. Por ese orden.
Fríelas en abundante aceite, mejor en una freidora, pero también puedes hacerlo en una sartén (cubriendo las croquetas completamente).
Consejos para la receta
¿Se pueden hacer con cebolla caramelizada de compra? Sí, se puede. Pero como todo, quedará mejor con una buena cebolla caramelizada hecha en casa.
¿Cómo conseguir unas croquetas de queso de cabra y cebolla caramelizada jugosas y crujientes? La clave es rebozarlas como explico y en ese orden, también es importante freírlas a fuego fuerte y de pocas en pocas.
¿Qué textura tienen estas croquetas? Es una textura intermedia, "ni fuerte ni floja". Si te gustan las croquetas jugosas, añade 500 ml de leche en vez de los 400 ml que indico en la receta.