Corta la pechuga en medallones (a lo ancho). En trozos de un dedo de grosor, aproximadamente.
Echa la harina en un plato y reboza los medallones de pollo.
Pon una sartén a fuego medio-alto y dora las pechugas (un minuto por cada lado, no más). Doraditas quedarán más apetitosas. Saca las pechugas y resérvalas.
Corta la cebolla fina. Cocínala en la misma sartén, a fuego medio junto con un chorro de aceite y unas pizcas de sal. Debe quedar blanda y doradita. Te llevará unos 15 minutos.
Vuelve a poner las pechugas en la sartén. Exprime el jugo de dos naranjas, te recomiendo hacerlo a mano (sin exprimidor).
Cocina un par de minutos, hasta que la salsa tenga un poquito de espesor. Prueba y ajusta de sal si fuera necesario.
Consejos para la receta
¿Por qué lleva cebolla? ¿Es fundamental? La cebolla pochadita contrasta con la naranja a la perfección, un toque dulce, ácido y salado. De todos modos, no es obligatorio añadirle.
¿Se pueden usar filetes de pollo? Sí, yo prefiero utilizar una pechuga entera y cortarla en medallones, pero también puedes utilizar filetes (preferiblemente cortador "gorditos").
¿Cómo espesar la salsa? Enharinando las pechugas de pollo como explico en la receta, podrás disfrutar de una salsa más o menos espesita. A mí me encanta así. Si te parece demasiado ligera, añade un poco de maizena express o simplemente deja que se cocine un poco más en la sartén.