Corta la cebolla, el ajo y el pimiento verde en trozos pequeños.
Pica el tomate en cuadraditos. Si quieres que la salsa quede mucho más fina (sin trocitos), puedes pelar el tomate en este punto.
Echa un buen chorro de aceite en una olla y pon el ajo. Cocínalo a fuego medio durante un minuto, hasta que empice a dorarse.
Echa el pimiento y la cebolla junto con la sal. Cocina hasta que se ablante y tenga un tono doradito (unos 10 minutos).
Echa el tomate picado, el azúcar, pimienta negra molida (al gusto) y las aromáticas (orégano y tomillo). Mantén a fuego medio durante 15 o 20 minutos, machancando de vez en cuando con un tenedor. Cocina hasta que la salsa de tomate quede suave e integrada. Añádela en la pasta y disfruta.
Consejos para la receta
¿Se puede triturar esta salsa de tomate para pasta? Sí, si no te gustan los trocitos puedes pasarla por una batidora. Otra opción es pelar los tomates con antelación para que no queden pieles. De todas formas, la receta tan cual queda bien, un poco más "rústica" pero deliciosa.
¿Es fundamental añadirle orégano o tomillo? No. Si no te gustan, puedes hacerla sin orégano y sin tomillo. Esas hierbas aromáticas le dan un toque muy rico a la pasta, pero no son imprescindibles.
¿Se puede hacer sin tomate o pimiento? Sí. A mí me gusta con verduras porque le da más aroma y suavidad, pero puedes prescindir de ellas.
¿Cuánto tiempo se conserva esta salsa? En la nevera puede aguantarte 4 o 5 días sin problemas.
¿Se puede conservar durante más tiempo? Sí, para eso tienes que echarla en unos tarros de cristal esterilizados. Después, cierra los botes y cuécelos en abundante agua durante 10 minutos. Con este método podrás guardar la salsa durante meses en la despensa (en un lugar fresco y oscuro)