Pela y cuadra las patatas de forma que quede un lingote más o menos rectangular. Corta los lingotes en cubos de unos 3 centímetros de lado. Retira el centro del cubo para poder salsear. Marca con un cuchillo bien afilado la zona que vas a sacar, haz cortes en varias direcciones para sacar el interior con facilidad.
Coloca las patatas y 6 ajos con piel (ligeramente machacados) en una cazuela o cazo. Cubre con aceite de girasol. Confita a fuego muy lento, cuando veas las primeras pequeñas burbujas en el aceite mantén a esa temperatura y cuenta 30 minutos. Apaga el fuego y espera que enfríen por completo (ver consejos). Sube a fuego fuerte hasta que doren, dales un par de vueltas. Sácalas a un papel de cocina.
Prepara la salsa brava: Añade un chorrito de aceite en un cazo y un diente de ajo golpeado y sin pelar, deja que se cocine a fuego lento durante 3 o 4 minutos. Retira el cazo del fuego y añade el pimentón picante, dale unas vueltas, agrega el tomate frito y lleva de nuevo al fuego. Salpimienta al gusto y cocina a fuego medio hasta que espese ligeramente.
Montaje: Sazona las patatas. Ayúdate de unos biberones de cocina, coloca en el fondo una cantidad generosa de salsa brava, encima la mayonesa casera y por último otro punto de salsa brava.
Consejos para la receta
La doble cocción: Si algo tiene bueno esta receta de patatas bravas en dos tiempos es que te da muchísimo margen para prepararlas justo cuando quieras. ¿Tienes invitados?, puedes darles el confitado inicial a primera hora de la mañana, dejarlas enfriar unas cuantas horas y cuando se sienten en la mesa volver a encender el fuego y darles un golpe fuerte para que por fuera queden ligeramente crujientes. Sin prisas ni carreras.