Reúne todos los ingredientes. Precalienta el horno a 180ºC.
Mezcla el agua (tibia o caliente) y la sal en un cuenco. Añade el aceite.
Echa la harina en el cuenco y mezcla. Amasa un par de minutos, hasta que todo se integre por completo. Deja descansar la masa 3 minutos y vuelve a amasarla durante un par de minutos.
Prepara bolas de unos 200 gramos.
Extiende las arepas. Si las vas a rellenar (lo más típico), hazlas de un grosor de entre 1 y 2 centímetros.
Pon las arepas venezolanas en una sartén antiadherente. Dóralas por ambos lados a fuego medio-alto. Cuando estén doradas (3 minutos por cada lado) introdúcelas en el horno. Cocínalas durante 10 minutos.
Sácalas del horno y déjalas reposar unos minutos. Córtalas por la mitad. Rellénalas con queso y jamón o con cualquier otro relleno que se te ocurra. Disfruta.
Consejos para la receta
¿De qué grosor hacer las arepas venezolanas? No hay una regla universal. A algunos les gustan finitas mientras que otros las prefieren gorditas. Por regla general, se suelen hacer finas si se van a usar sin abrir (como acompañamiento) y de 1 o 2 centímetros si vas a rellenarlas.
¿Con qué rellenar las arepas? Admiten cualquier tipo de relleno que imagines, desde lo más sencillo (queso y jamón) hasta opciones un poco más elaboradas. A mí me encantan con cochinita pibil, quedan deliciosas.
¿Qué textura debe tener la masa? Intermedia. Tengo que confesarte que las primeras arepas venezolanas que hice me quedaron secas. Seguí un receta española y la cosa no funcionó. A partir de ahí, ajusté las cantidades de agua y todo fue genial. Si añades taza y media de agua por cada taza de harina deberían quedar al punto. Si la masa se rompe en tu mano, estará demasiado seca; si no aguanta la forma estará demasiado líquida.
¿Cómo ajustar el punto de la masa? Si la notas seca, echa un poco más de agua; si te ha quedado demasiado líquida, agrega más harina de maíz precocida.
¿Arepa asada o arepa frita? Lo típico es hacerlas al horno, pero muchos también optan por freírlas en sartén. Si las quieres freír, la clave es añadir abundante aceite y calentarlo mucho para que la arepa quede crujiente y no empapada en grasa.