Prepara los tomates. Límpialos con abundante agua y retira cualquier parte fea.
Córtalos en dados o cuadraditos pequeños para que la salsa de tomate quede más fina y agradable.
Pica la cebolla y el ajo como ves en la imagen, en daditos finos.
Echa un buen chorro de aceite de oliva en una olla. Ponla a fuego medio-alto, cuando esté caliente añade el ajo y la cebolla junto con la sal. Cocina las verduras hasta que se doren ligeramente (como en la imagen), te llevará unos 10 minutos.
Echa el tomate. Pon también el azúcar. Cocina a fuego lento hasta que tenga una textura más o menos espesa. Necesitarás entre 25 y 35 minutos. Después, puedes triturar la salsa de tomate con la batidora si no te gusta encontrar trocitos.
Consejos para la receta
¿Es necesario echar cebolla a la salsa de tomate casera? A mucha gente no le gusta la cebolla, pasa con la receta de la tortilla española y con un montón de recetas más. Yo añado cebolla a la salsa de tomate porque aporta un poco de dulzor y queda "más suave". No es imprescindible, puedes hacerla sin cebolla.
¿Qué tomate funciona mejor en la salsa? Quedan mejor los carnosos y con pocas pepitas como las variedades rosadas, los tipo corazón de buey o los de pera. Mucho mejor si son caseros, claro está.
¿Por qué lleva azúcar? Para contrarrestar la acidez del tomate. Si no le pones nada de azúcar es probable que la notes demasiado "fuerte" por decirlo de alguna forma. Con un toque ácido que no suele agradar a la mayoría.
¿Se puede hacer sin azúcar? Sí, una forma natural de equilibrar esta salsa es añadir una cebolla más de lo que indico en la receta y cocinarla hasta que esté blandita.
¿Cuánto dura la salsa de tomate casera en la nevera? Un máximo de cinco días, aunque recomiendo consumirla en los tres días posteriores a su preparación.
¿Cómo hacer para que la salsa dure más? Métela en botes de cristal esterilizados y ponlos a cocer en abundante agua durante 10 minutos, de esta forma te pueden durar varios meses.