Salpimenta la carne y pásala por harina. Pon la mantequilla en la sartén a fuego vivo, dora la carne por ambas caras. No eches toda de golpe o «se cocerá», dórala en varias tandas. Reserva.
Corta las cebollas y un diente y medio de ajo. No es necesario que estén muy finas, en dados medios es suficiente. Añádelas con dos pizcas de sal en una cocotte apta para horno o en una cazuela de acero inoxidable. Cocina a fuego medio durante 15 minutos.
Echa el vaso de vino. Espera 2 o 3 minutos, hasta que evapore el alcohol.
Pon caldo hasta que cubra la mitad de la carne, no lo llenes hasta arriba.
Destapa la cazuela, baja el fuego a 180ºC y cocina 1 hora más volteando el ossobuco cada 15 minutos.
Retira la carne. Reduce la salsa a fuego medio hasta que tenga cierta consistencia. En 5 minutos debería estar lista. Prueba y ajusta de sal.
Prepara la gremolata: pica medio ajo y un puñado de perejil lo más fino que puedas. Añade la ralladura de medio limón.
Cubre la carne con la salsa reducida y espolvorea la gremolata
Consejos para la receta
Variantes: Con el ossobuco se permiten tres variantes: Zanahoria y tomate en el guiso; anchoas en la gremolata.
¿Vitrocerámica en vez de horno? Puedes hacerlo en el fuego sin ningún problema, pero como explican los Hermanos Torres, se consigue un mejor resultado haciéndolo en el horno: cocción más homogénea, sabor más concentrado.
¿Agua o caldo? El resultado será mejor con un caldo de carne casero. Si no tienes uno a mano puedes hacerlo con agua, también quedará espectacular.
Como ves, hacer un ossobuco de ternera a la milanesa con la auténtica gremolata no tiene ningún secreto.Prepáralo y déjame un comentario con el resultado. ¡Quiero conocer tu opinión!