La mandolina tiene su historia. Y no hablo de que sea un utensilio más viejo que el catarro, me refiero a que es (muy) complicado acertar en la compra.
El problema lo tenemos en la calidad. Las de plástico barato rara vez funcionan. Sobre todo por su nula estabilidad y por la poca consistencia de la cuchilla.
Por aquí te dejo mis tres mandolinas de cocina favoritas. Las dos primeras de tipo profesional (muy recomendables en cocinas «normales»), la última una buena opción calidad-precio.
Mandolina Louis Tellier
Mandolina profesional, pero de las de verdad.
Fabricada en Francia (Louis Tellier es una firma de prestigio). Hecha íntegramente de acero inoxidable 18/10. Con una calidad a la altura de un restaurante profesional.
Es muy estable y tiene cuchillas con filo preciso. Corta, rebana, ralla… no faltan funciones y tampoco se hecha de menos más estabilidad. Perfecta.
¿Problemas? Su precio. Es cara, pero es lo que hay. Si busca la mejor mandolina profesional no queda otra que pagar su precio.
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Mandolina De Buyer Revolution
Como alternativa a la anterior, y un poco más barata, tenemos a la mandolina profesional de la conocida firma De Buyer (también francesa, por cierto).
Hecha íntegramente de acero inoxidable. Viene con cuchilla microdentada de doble hoja.
Es otra opción de alta gama que permite cortar en rodajas, en juliana, en rombos, en cubitos…
Está hecha para durar. Su problema, de nuevo, es el precio. De nuevo toca pagar por la calidad.
No disponible
Mandolina Fullstar 6 en 1
De lo barato barato mejor no hablar. Porque rara vez funciona.
Pero también hay mandolinas con buena relación calidad-precio. Como la que comercializa Fullstar.
Ofrece seis tipos de corte: grueso, fino, muy fino, en espiral, en juliana y rayador. Y viene con un cuenco que facilita el corte.
Sus principales ventajas son el precio y que hace su función bien.
¿Problemas? La calidad está lejos de los mandolinas de cocina anteriores.
Disponible en Amazon a buen precio