Adorados y odiados a partes iguales. Una delicia o una condena. Un langostino seco, salado y estropajoso es una de las peores experiencias culinarias que uno puede tener en Navidades.
¿Cómo cocer langostinos? Depende del tipo:
A continuación te daré las tres claves que necesitas conocer para que te queden perfectos.
Clave 1: comprar langostinos de calidad
Sorpresa, sorpresa… Compra la mayor calidad que puedas permitirte. Por sabor, porque se pelarán mejor y porque disfrutarás más.
¿Cuáles son los mejores (y peores) langostinos? De mejor a peor:
Langostino salvaje fresco de nuestras costas
Si puedes permitírtelo, compra langostino crudo español, de Sanlúcar o Vinaroz. O gamba roja de Palamós, Dénia o Huelva. Su precio es elevado, pero la calidad de este langostino es incomparable.
Langostino fresco criado en España
En Valladolid (sí, en Valladolid) se cría uno de los mejores langostinos del país. Fresco. Pescado y enviado en el día. Criado de forma natural. Está presente en las mesas de los mejores chefs.
Todo lo demás
¿Opciones 1 y 2 descartadas? Quedan los “langostinos comunes”.
Pescados por la flota congeladora industrial en el Atlántico sur, Índico o Pacífico, a miles de kilómetros de nuestras costas, de calidad media o baja; o criados en países en vías de desarrollo con técnicas que no querrás conocer, de calidad peor.
No quiero amargarte la Navidad. ¿El langostino común mejor comprarlo fresco o congelado?
Mi recomendación puede sorprenderte: cómpralo congelado, y crudo, por supuesto. El “fresco” que ves en el supermercado no es tal con una probabilidad del 99%. Lo han descongelado. ¡Y no sabes cuánto tiempo lleva así!
Intenta que tenga un tamaño medio o medio-grande, evita los gigantes (suelen tener peor sabor). Si puedes, apuesta por alguna marca conocida para asegurarte la mayor calidad posible.
Clave 2: cuidar su manipulación
Cuando compras los langostinos normalmente pasan horas, días o semanas hasta su cocción. El mejor langostino del mercado con una mala manipulación será un desastre final en la mesa. Parece obvio, pero muchas veces no lo tenemos en cuenta.
Langostinos “falsos frescos”
El langostino fresco que venden en los supermercados suele estar descongelado previamente, es decir, es un producto congelado que te ofrecen con una óptima descongelación.
No son frescos. Olvídate de volver a congelarlos.
Cuécelos antes de 24 horas. Te recomiendo hacerlo el mismo día. Estos langostinos se deterioran con mucha rapidez.
Langostinos frescos
Los distinguirás, principalmente, por su precio. No los encontrarás por menos de 35 o 40€/kg, para los más pequeños o de criadero, aunque su precio medio suele rondar los 80€/kg.
Te aguantará más en la nevera que el anterior, aún así te recomiendo cocerlos en el día.
Puedes congelarlos sin problema, aunque lo ideal es consumirlos en fresco.
Langostinos congelados
Cuida el proceso de descongelación. Lo mejor es descongelarlos durante 24 horas en la nevera. Ponlos en un escurridor para que el agua escurra. No tengas prisa.
También puedes cocerlos directamente.
Clave 3: cocer al punto
Con lo anterior claro, es hora de ponerse manos a la obra. Al punto de sal y al punto de cocción. Es fácil. Sigue el paso a paso dependiendo del tipo que tengas o vayas a comprar: