Cuando compramos fresas frescas suele ocurrir una de estas dos cosas:
- Las comes de golpe y terminas empachado.
- Las tiras porque acaban con moho.
Parece contagioso. Empieza poniéndose mala una fresa y en cuestión de horas aparece toda la caja llena de moho. Es así. ¿Cómo conservar las fresas durante mucho más tiempo? Hay truquillos. Toma nota.
Ojito con las fresas que compras
Si las compras a granel ten cuidado con la bolsa, el mínimo golpe afectará (mucho) a las fresas. Si las compras en los típico recipientes de plástico o madera comprubea las que están en la base del recipiente, por ahí empiezan los problemas.
Evita lavarlas y tocarlas en exceso
El primer impulso te llevar a limpiar las fresas debajo del grifo aunque no las vayas a comer al momento. No lo hagas. Es un error frecuente que acorta su vida útil.
Otro error que impide conservar las fresas más tiempo es retirar el tallo. La fresa debe conservarse como dios la trajo al mundo, con rabito. Trata de manipularla lo menos posible.
Extiénde las fresas frescas sobre papel de cocina
El consejo más importante para guardar las fresas es «desamontonarlas». En los paquetes suelen venir unas encima de otras. Sepáralas y colócalas sobre papel de cocina, eso ayudará a contener la humedad y los problemas de hongos.
Déjalas en un lugar fresco
¿Conservar las fresas en la nevera es una opción? Sí. Puedes metarlas en la nevera (en el cajón de las verduras) esto alargará unos días más su «fecha de caducidad». Yo prefiero mantenerlas en una despensa o una zona fresca.
El frío de la nevera «mata el sabor de la fresa». Si no te queda más remedio porque vives en Sevilla y estás a 47º en casa, hazlo, pero mi recomendación es que optes por lugares frescos.
Y cuando empiecen a ponerse feas…
Estos consejos te servirán para conservar las fresas frescas más tiempo y en mejores condiciones, pero no hacen milagros. Si las condiciones no son perfectas es probable que en cuatro o cinco días empiecen a estropearse.
Mantén la calma, no te empaches. La mejor idea es hacer una mermeleada de fresa con las que empiezan a tener un tono raruno o, si eres un poco más fino, preparar un delicado coulis de fresa. También puedes congelarlas.