Te dirán que sí, que las fresas se pueden congelar. Que quedan de lujo. Que es la mejor forma de conservarlas durante más tiempo.
Pero el 85% de las fresas es agua y ese factor es muy problemático a la hora de congelar. La congelación de las fresas tiene varios trucos o «secretos».
¿Se pueden congelar las fresas?
Sí, se pueden congelar. Es tan sencillo como meterlas en el congelador. Pero hay dos problemas:
- Necesitas congelarlas correctamente (ahora te explicaré cómo).
- Las fresas congeladas no sirven para todo (luego te contaré para qué puedes usarlas).
¿Cómo congelar las fresas? Sigue estos cinco pasos
- Selecciona las fresas más firmes. Descarta las que estén demasiado maduras.
- Límpia las fresas así y sécalas con papel de cocina.
- Retira la parte verde (solo la parte verde).
- Pon papel de horno sobre un plato o una bandeja que entre en el congelador. Extiende las fresas sin que se toquen e introdúcelas en el congelador durante 3 horas.
- Sácalas del congelador y mételas en una bolsa para congelar para que ocupen menos espacio. Retira todo el aire que puedas de su interior y vuelve a congelarlas.
Si las fresas son muy grandes puedes cortarlas por la mitad en el paso 3, pero eso hará que eliminen agua y generen más hielo. Te recomiendo mantenerlas enteras en la medida de lo posible.
¿Cómo descongelarlas?
El problema que tienen las fresas es que al descongelarlas se quedan «como el chicle». Blanditas. Con una textura que puede llegar a ser desagradable, sobre todo si se han congelado demasiado maduras.
Lo ideal es procesarlas congeladas. Si prefieres descongelarlas puedes hacerlo al aire, manteniéndolas separadas.
¿Cuánto tiempo duran las fresas congeladas?
La FDA (Administración de Alimentos de los Estados Unidos) recomienda conservarlas durante un máximo de 12 a 18 meses siempre y cuando se hayan congelado correctamente.
El problema es que los congeladores domésticos son «reguleros». Lo ideal es consumirlas cuanto antes, en un plazo máximo de 12 meses.
¿Qué hacer con las fresas congeladas?
En mi opinión solo compensa congelar las fresas para hacer tres tipos de recetas:
- Smoothies.
- Batidos.
- Bizcochos.
Y poco más. No te recomiendo congelar fresas para «comerlas en fresco» más adelante porque pierden toda la textura. Tampoco son ideales para hacer mermeladas.
¿No quieres que se estropeen?
Utilízalas en fresco. Puedes preparar una buena cantidad de esta delicada mermelada de fresa casera. También puedes lanzarte a hacer esta salsa de fresas para acompañar un bizcocho de yogur.
En cualquier caso, cuidadito con congelar las fresas «al tuntún». Pierden la textura. A veces no merece la pena.